miércoles, 6 de marzo de 2013

Prohibido




¿Y que hay del retrato póstumo?
Enfocándonos claramente en el concepto de proctofotografía, podríamos inferir acerca del retrato póstumo que se trata de una práctica que en la mayoría de los casos pretende hacer alusión al que ya no está a través de aquellos signos que dan sentido al registro de su existencia, pero hablando en términos más estrictos, podemos entender que el retrato póstumo, además de ser una forma representativa de la vida del individuo, es también por otro lado, una imagen de aquello que perece, el cuerpo efímero que pasa a ser ahora alimento de otros organismos, de otros cuerpos parásitos que viven de su completud.
Aquellos que retratan a la muerte, buscan darle un sentido, como en el caso del maestro Peter Witkin, quien da sentido al cuerpo convirtiéndolo en un protagonista de sus imágenes a manera no de objeto, si no de componente vivo. Witkin acomoda a los cuerpos y arma su escenario, genera en ellos una historia que puede darnos una legibilidad del acontecimiento que permea en el acaecer de los individuos.
Por otro lado tenemos a Jack Burman, quien usa estos signos corporales pero en vez de generar escenas, usa a sus cadáveres como objetos de admiración, eleva a los cuerpos al nivel de esculturas y les otorga ahora el valor de piezas de admiración, exaltando así, su valor estético.

Por último tenemos al maestro Enrique Metinides, quien de manera impersonal, genera retratos póstumos pero en su contexto, usa al cadaver fresco y lo lleva a a imagen por medio de su lente, pero a diferencia de los otros dos, Metinides usa en sus imágenes, signos que otorgan identidad al cadáver  los muestra desde su contexto y desde las legibilidades que acercan al cadáver a la posición socual y cultural de donde provienen.
HacHe rompe con los tres paradigmas generando ahora un retrato póstumo que se aleja de lo objetual, del escenario del cuerpo y de los signos identitarios y se enfoca a la crudeza, desde la proctofotografía se ve al retratado en un estado de desmaterialización donde el paso de los años bajo la tierra, ha degenerado la integridad, por los procesos naturales, del cuerpo, y ahora se ve aquella vulnerabilidad de la carne a través del tiempo, la carne que fue habitada, la concha del caracol, el refugio del corazón, la carcaza vacía y violentada por los años.